miércoles, 27 de agosto de 2008

LA OBEDIENCIA, EL SECRETO DE LA AUTORIDAD (1)



" Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente. Y aunque hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia"

Hebreos 5:7-8

Este es un tema para entender varias cosas, entre las que destacamos:

Podemos hacer en la vida muchas inversiones en vano, trabajar mucho y no hacer nada. El activismo no es señal de éxito, éste es un error que no podemos darnos el lujo tener. Según la escritura leída podemos comenzar diciendo que la obediencia produce autoridad.

Vemos que Cristo clamaba peticiones sobre su vida en la vida a quien podía librarle (Heb.5:5-6). Lo curioso es que Cristo hacía oraciones, no para ser librado del problema, sino para encarar la situación. Es en esto que debe haber un cambio urgente en nuestra mente, es decir, buscar el ser dotados de lo necesario para hacer la misión y no ser librados de la misma.

Podemos adelantar que esto no es ni sencillo ni normal. Cristo, según Fil. 2:8, dice: "Y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte y muerte de cruz". Podemos entender que todo lo que hizo Jesús en la tierra, lo hizo en condición de hombre, ya que Dios no clamaría a Dios; Dios no puede ser ungido y Cristo fue ungido.

Entonces pues, podemos deducir que Jesús aprendió obediencia porque antes de aprenderla no la tenía. Este pensamiento no nos cae bien al comienzo, pero es necesaria para nuestra madurez.

Una máxima para este punto sería que: La obediencia se aprende y no es un don de Dios.

Todas las pruebas que tenemos en la vida sirven para tener éxito, pero la desobediencia tiene consecuencias, y esto es inevitable. La obediencia aprendida por Jesús (v.9), es el producto de sus padecimientos. Él la perfeccionó y eso le otorgó una posición.


Veamos los dos tipos de perfección

Perfección inocente.

Se puede aplicar a Adán. Cuando Adán fue creado era perfecto en inocencia; cuando esa perfección fue puesta a prueba, falló.

Perfección comprobada.

Se entiende desde el punto de Cristo. El fue creado en inocencia, pero al ser probado no falló.
Cuando la perfección de Jesús fue probada en obediencia, se convirtió en fuente de salvación. Cuando el Señor nació vino a ser el salvador pero aún no lo era hasta que fue perfeccionado, por eso fue designado sacerdote por Dios.

Cuando vemos a Cristo en la carne podemos deducir que nosotros podemos desarrollar un nivel de obediencia el cual desatará una unción y una autoridad a la altura de Cristo.

Hebreos 1:1-5 nos relata lo que ya ha conquistado Cristo, y la palabra para resaltar es "hecho" (v.4). no nos habla del nacimiento de María, sino que cuando consigue la posición que ha venido a buscar, el Padre le da esa potestad llenándolo por la obediencia. Para lograr esto tuvo que vencer al enemigo en todas las áreas de su vida.

Para convertirnos en hijos de Dios debemos poseer nuestro destino, es decir podemos nacer de nuevo, pero eso significa que tenemos el potencial de ser hechos hijos de Dios. San Juan 1:12 habla de "ser hechos". Es digno de destacar que los que le reciben tienen ese privilegio, pero hay una basta diferencia entre ser niños y herederos; la palabra aquí es "potestad", alguien que tiene derechos adquiridos.

Cristo aprendió obediencia pues no nació con ella y, como todo ser humano, tenía que sujetarse. Cuando llega a la edad de 30 años, antes de cruzar el Jordán, se oye una voz del cielo que decreta: "Este es mi hijo amado en quien tengo complacencia". Lo cual indica que Jesús obedeció en su vida natural, y nada ministerial.

No es el ministerio lo que da unción, es la obediencia lo que produce autoridad. No es la palabra lo que da autoridad, sino el cumplimiento y la sumisión a ella. Él dijo: "No solo de pan vive el hombre" y no comió pan. Jesús sabía la palabra y obedeció la palabra.

La sinceridad no vence a Satanás, tampoco el deseo de vencerlo; el diablo sólo respeta autoridad. Podemos ser sinceros y estar sinceramente equivocados. La sumisión de Satanás es solamente a autoridad obtenida por sumisión a Dios. Cuando las personas no se someten a nadie, es decir a personas con autoridad de Dios, no están habilitadas para la guerra espiritual. Todo lo que Cristo sufrió se convirtió en una posibilidad de acumular obediencia en lugar de acumular quejas.

Cada oportunidad de sufrimiento se convirtió en una oportunidad para obediencia, entonces el consejo es: En cada prueba hay una posibilidad de graduarnos.

APÓSTOL Y MAESTRO JUAN BALLISTRERI

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